La venganza se convierte en el motor de la vida de aquel a quien se lo han quitado todo y cree que la justicia reparadora deviene en un imposible. El problema del vengador es que necesita información, un plan meticuloso, capacidades y entereza para llevarlo a cabo en el momento más adecuado posible. Y aliados fiables. Hay que ser todo un estratega de la venganza.


La guerra entre los padrinos de las mafias, en esta historia la mafia porteña argentina y la mafia del Golfo de Cádiz, siempre es una lucha por el poder, por la conquista del territorio de la droga, la prostitución, el juego y las armas.


Para lograr una venganza personal en medio de una guerra entre mafias, que tienen sus propios intereses, se necesita mucho valor, mucha inteligencia y mucha suerte. Y, sobre todo, echar los sentimientos a un lado, para que no nublen la mente ni alteren el pulso ante la posibilidad de un certero disparo.