Destrozada tras descubrir que su marido le es infiel, Inés se divorcia y decide darle un giro a su vida. Mientras su hermana y su madre piensan que está trabajando en una sucursal de su banco en Nueva York, ella acepta el empleo de portera en un inmueble de la calle Lagasca en Madrid, una especie de universo paralelo poblado de seres a cuál más extravagantes. Inés está convencida de que aquella oscura portería, además de ser un lugar inmejorable donde lamerse las heridas, será el escenario perfecto para terminar la novela que lleva varios años escribiendo. Sin embargo, con lo que Inés no cuenta es con el propietario del sexto derecha, un atractivo doctor que hará todo lo que esté en su mano para que ella vuelva a confiar en los hombres y en el amor.