CLARA TIRÓ DE LA CINTA A RAYAS DE CARAMELO sólo un milímetro más y luego se echó hacia atrás para admirar el regalo perfectamente envuelto y con un bonito lazo. Realmente, era una pena regalarlo.

Merry, su socia, añadió un último regalo al montón y miró esperanzada a Clara. Definitivamente era el último, ¿verdad?

Para este cliente, sí". Clara sonrió. Pero estoy segura de que tenemos otras tres listas de Navidad antes del gran día. Por no hablar de los cinco proyectos de decoración, las tres peticiones de última hora de entradas para regalar y las dos cenas de Navidad que tenemos que organizar".
Y una perdiz en un peral", refunfuñó Merry. ¿De quién ha sido esta estúpida idea?

Tuya", le recordó Clara alegremente. Y sé que te encanta". Clara no estaba segura de que hubiera mercado para este tipo de cosas cuando Merry se lo propuso.

Merry lo había sugerido por primera vez. ¿De verdad necesitaban los londinenses otro servicio de conserjería y eventos? ¿De verdad la gente les pagaría para que les organizaran la vida, les compraran sus regalos, les organizaran accesos especiales y ventajas, les planificaran sus fiestas y reuniones familiares, sus vacaciones, etc.? Merry se había empeñado en que sí.