Ya se sabe que, el amor, llega cuando menos lo esperamos…

Kimberly no contaba con que ese fin de semana que visitaba a su novio en la universidad, sería su estancia más corta en esa ciudad.

De vuelta a Seattle, sin la posibilidad de regresar a casa para no tener que dar explicaciones, acaba yendo a ver a Rayan, su mejor amigo.
Y tal vez por buena gente, por tontos o por confiados, ambos han acabado igual, compuestos y sin pareja.

Tras una noche de copas y una promesa que queda para la posteridad, Kimberly se encuentra años después con una boda de locos, un hombre que se cruza en su camino, y una pasión arrolladora de la que irá surgiendo el amor.

Acompaña a Kimberly a lo largo de esta historia y ríe, sueña, y enamórate, porque en la vida no pueden faltar esos ingredientes.