Palestina, siglo I.

Lo que nadie esperaba, acaba de suceder.
El maestro ha muerto.
No sólo ha muerto; las autoridades romanas le han dispensado el trato más vil posible: el de los excluidos. Ultrajado, humillado y maltratado en el extremo, su cuerpo sin vida era expuesto en una cruz de madera en la cima del Gólgota, en las afueras de Jerusalén, hasta que fue depositado en una gruta para no contravenir las celebraciones del Pésah, la pascua judía. Ahora Shimón, Andreas, Myriam, Tauma o Yohanan tienen que lidiar con la idea de que todo aquello en lo que creían no sea más que una mentira.
Pero algo está a punto de suceder. Algo que cambiará sus vidas para siempre y las llevará a terrenos que nunca sospecharon.
Porque la muerte del maestro fue sólo el principio de algo mayor.