Cuando Lola despertó aquel día en una habitación que no conocía, pensó que la habían secuestrado, ya que no tenía ni idea de cómo llegó hasta allí.
Un sentimiento de protección embargó a Israel cuando vio a aquella joven en un estado lamentable en la esquina de su calle, y no se le ocurrió otra cosa que darle cobijo en su casa para que la examinara un médico antes de llevarla a la suya. No sabía lo que se le venía encima, cómo iba a cambiar su tranquila vida, sobre todo, cuando se enteró de quién era ella por uno de los programas de salseo con mayor audiencia de la televisión.
Una joven cantante, un escritor cuarentón de éxito, un bastón como arma y las familias de ambos os harán ver que no hay nada que pueda interponerse cuando el destino se empeña en que Escribamos nuestra canción.