Maya es la hija de un chamán ecuatoriano. Ádam es un publicista ateo que vive en Miami. Maya recibe de su padre la misión de ubicar a Ádam, quien vive a fondo los placeres de la vida urbana, entre drogas, fiestas y modelos. Maya sigue a Ádam por unos días hasta que se conocen.

Maya le dice que tiene que viajar con ella a Ecuador porque su padre debe revelarle quién es él en realidad. Ádam, bastante incrédulo pero muy atraído por Maya, acepta.

La historia transcurre mientras los dos atraviesan el sur de EUA y México en el convertible de Ádam. En este Road Trip hay muchos atardeceres hermosos, noches estrelladas y una extraordinaria conexión sexual descrita con radiantes detalles. Pero lo más importante, hay muchos diálogos sobre sutilezas de la vida cotidiana desde una perspectiva espiritual.

Maya es una mujer con la intuición muy desarrollada, y ha heredado la sabiduría de su padre. Ella comparte a Ádam su conocimiento, y esto ayuda a Ádam a tener una visión más profunda de la realidad. Ádam se maravilla al descubrir que religión y espiritualidad no son lo mismo, y que hay investigaciones científicas sobre otros planos de existencia.

Él fue formado en el método científico ortodoxo, y está acostumbrado a sólo creer lo que se puede ver, tocar o medir. Pero eventualmente se rinde ante la evidencia presentada por Maya y concluye que la realidad es mucho más compleja que lo que él pensaba.

Ellos tienen transformadores viajes en peyote, contacto con abuelos indígenas, sanadoras vudú, narcos, y demás personajes. “Maya, el chamán y la mente infinita” relata un encuentro cultural entre el hedonismo urbano y la sabiduría ancestral, extrayendo lo mejor de ambos mundos.

Eventualmente, llegan a Ecuador, se internan en la Amazonía, y llegan a la casa de Maya. Ádam queda impresionado con la presencia del padre de Maya, un chamán que pertenece a una red de custodia de conocimiento ancestral Inca.

El chamán revela a Ádam su verdadera identidad. Ádam es la última reencarnación de un linaje con siglos de antigüedad, cuyo propósito es ayudar al despertar de la humanidad.

La transformación que ha vivido Ádam lo ha preparado para recibir esta noticia, y acepta su designio.

De inmediato pone su mente publicista a crear maneras de transmitir a las personas un conocimiento que las ayude a ser más libres y a reencontrarse con su esencia más profunda.