Los relatos de Una piscina en la bodega nos proponen un viaje por la historia de España a través de cuatro estaciones perfectamente delimitadas. En cada uno de estos destinos, el lector se enfrentará a emociones encontradas. Ternura y crudeza, inocencia y verdad, hambre y opulencia son algunas de las fuerzas antagónicas que construyen tanto las atmósferas como los rasgos y atributos de los personajes de estas historias. Con economía de medios y precisión poética, la voz de la autora erige ante los ojos del lector, escenarios fugaces con elementos mínimos –la lluvia terca contra un cristal, un sol extraño, rojo y acuoso, o un único árbol en los parajes rurales, y el whisky o el cognac, la seda y los brillos en entornos citadinos–, que insinúan la otra mitad de la historia de su España, la perenne e inmutable.Desde el epígrafe de Augusto Monterroso, la autora nos sugiere que los cuentos de Una piscina en la bodega emergen de las tareas de soñar y escribir, actividades en apariencia disímiles y, sin embargo, tan próximas; no en vano Jorge Luis Borges nos advertía que la literatura es un sueño dirigido. Este libro de relatos también lo es y por partida doble: por el modo en que sus cuentos han sido concebidos y porque es el primer libro de Sogo, y todo primer libro tiene esa cualidad mágica de ser, finalmente, un sueño realizado.Valeria Correa Fiz