Vía muerta es una novela que apela a la intriga y que bien podría encontrarse dentro de la novela histórica, negra e incluso fantástica. Una hábil fusión de géneros, ordenada, creíble y coherente. Una trama que discurre siempre de forma equilibrada, con tono eminentemente realista, a pesar incluso de la audacia de su argumento.

Sinopsis:

Son los años 90 y Antonio Sánchez está a punto de jubilarse de su trabajo de maquinista. Tan solo le faltan tres meses más de trabajo, pero el destino le jugará una mala pasada: un terrible accidente acaba con la vida de una persona.

Pero, ¿quién es Antonio Sánchez? ¿Qué vida ha llevado hasta ese mismo instante de fatalidad? Este es el interrogante principal al que trata de responder la novela, y las respuestas son sorprendentes. Pues, al conocer los entresijos de la vida de Antonio, se presenta ante el lector toda una insólita trama de sociedades secretas, venganzas milenarias y filosofía ocultista. Y todo esto en el contexto de la España de la posguerra; del hambre y la miseria, de pobreza y de tragedia. En la España negra y del estraperlo. Las condiciones de vida en la posguerra en un pueblo extremeño, las carencias y desigualdades, la lucha por progresar y la ilusión por alcanzar una vida digna y mejor son los principales argumentos narrativos.

Muy pronto, un hecho trágico en la familia de Antonio lo cambiará todo, destapándose una atractiva trama que coge al lector por sorpresa y hace que la novela cambie de registro y adquiera otras trazas completamente diferentes. Una vida aparentemente normal, aun con todas sus dificultades, dará paso a otra mucho más misteriosa y extraña.

Vía muerta es una novela que ofrece una trama atractiva e interesante. Es una obra que puede agradar tanto a los degustadores de la novela realista y social como a seguidores de las novelas de intriga histórica e incluso fantástica. La mezcla de todas estas tendencias es capaz de conseguir una novela muy sólida, escrita con pulso firme, oficio y buen sentido narrativo: la estructura del relato hace que devoremos cada página a medida que la tensión y el interés van en aumento progresivo.